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10 años de nostalgia y alegría en una noche: Cruzando el Charco en Córdoba

  • Foto del escritor: Brenda Petrone Veliz
    Brenda Petrone Veliz
  • 11 abr 2022
  • 2 Min. de lectura

El pasado viernes 8 de abril, la banda de La Plata se presentó en Club Paraguay y llevó el rock, la cumbia y el candombe a su máxima expresión.


Fotos: Lorraine Carrano


Una cuadra y media de gente esperando para entrar al Club era la escena principal del viernes por la noche. El primer turno traía a Odín y a Cruzando el Charco como protagonistas inminentes de una jornada musical con grandes promesas. Un calor extensivo del verano acariciaba los rostros de los asistentes que esperaban inquietos en el ingreso.


La banda soporte brindó un show acústico con canciones originales y dos covers de Gustavo Cerati y Conociendo a Rusia. Nicolas, Lucas, Marcos y los dos Rodrigo entregaron su alma rítmica al público cordobés que los recibió cálidamente.


Promediando las 21 horas, la manija le ganó a los platenses que aparecieron sobre el escenario a los saltos. Como una declaración de amor, el grupo entregó mucho cariño y felicidad a sus seguidores que coreaban con energía las frases más emblemáticas de la banda.

Cruzando el Charco en Club Paraguay. Foto: Lorraine Carrano

El rock se adueñó de la escena con Para mucho más y Soy. Los músicos no podían quedarse quietos por un segundo. Realmente estaban fascinados con la locura que se estaba construyendo de a poco en el Club. En una entrevista para Revista Broda, Nahuel dijo que "el público cordobés tiene algo" y ese algo estaba ahí parado en frente de ellos dándolo todo.


Vestidos de rojo, blanco y negro, Cruzando el Charco presentó su último disco, Cicatrices. Las canciones del álbum se fueron presentando una por una mientras se iban mezclando con temas más viejos. El recital resumió los 10 años del grupo en sentimientos que difícilmente se podían poner en palabras ya que sus caras lo reflejaban todo.

Cruzando el Charco en Club Paraguay. Foto: Lorraine Carrano

Cambiando de color, Lo nuestro tiene magia y Montaña Rusa Emocional le pusieron los condimentos necesarios para subir la temperatura en la noche, pero No te alcanza fue la frutilla del postre que trajo power a las llamas. Como si fuera poco, los platenses salieron con un pequeño cover de Asado y Fernet de Los Caligaris y se abrieron a unas cumbias que hicieron bailar a todos los presentes.


Luego, el cantante se quedó en el escenario solo con una guitarra acústica y las revoluciones bajaron a tierra. Cuando empezó a sonar Viejo - la canción que le escribió a su papá - el aire se tornó un momento más que emotivo. Para aquellos que perdieron familiares en estos años piantaron una lágrima junto a una tímida sonrisa. En el segundo estribillo del tema, el resto de la banda entró a acompañar al músico que se dio vuelta buscándolos con la mirada.


El aura de nostalgia iluminó la velada con Volver a nacer, una canción que desgarró las gargantas del público. El pogo era imparable, pero la jornada iba llegando a su fin.


El clásico Puede ser se tocó entre nubes invisibles que despegaban a la gente del suelo. Un sueño de rock puso a todos los músicos con una sonrisa de oreja a oreja. La fascinación que reflejaban sus ojos develaban ternura y orgullo que terminó con Terminales y un aplauso alevoso.


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