El Kuelgue en Córdoba: "Estamos celebrando volver"
- Brenda Petrone Veliz
- 21 nov 2021
- 3 Min. de lectura
Lxs artistas volvieron a La Plaza de la Música con un show alucinante y presentaron en vivo las canciones de su nuevo disco "Cuentito".
Fotos: Lucas Matías
El espacio de La Plaza se corta en dos campos para bailar y poguear. A diferencia de la fecha anterior en Córdoba, El Kuelgue hoy vuelve al escenario con la gente agitando desde abajo sin las mesas y sillas del formato teatro.
La mayoría son jóvenes que llegan en grupos o en parejas, una sinfonía de colores y voces de la nueva generación. Al borde de la vaya, justo en el medio, los cuerpos sienten el contacto entre sí, fruto de la cercanía, mientras toman una buena posición a minutos de que comience el show.
Luego de que la música de fondo se apagara y una gran nube de humo los invadiera, la silueta de lxs músicxs aparece pasivamente tras una línea de luces azules que ambienta enérgicamente el contexto enloquecido. Una vez más. Por primera vez. Como fuera posible siendo posible entre todas las continuidades tiempo-espacio probables convergiendo ahí en un mismo punto.

El primer acorde lo larga el saxofonista, Pablo Vidal, frente a una marejada de gritos y aplausos. Mientras el resto se unía a la armonía en una formación muy precisa, Julián Kartún comienza a cantar Circunvalación. Che "Bombón, ¿Cuál es tu norte?"
Entre la belleza de las luces coloridas y el baile desarticulado, una de las productoras de la banda le hace señas al cantante para ver si todo va bien. Él asiente con el dedo pulgar hacia arriba y ella dibuja una sonrisa de satisfacción debajo de su barbijo.
Una tras otra, las canciones de los viejos álbumes se hacen presentes en la velada. Correntoso, Planeta Numir, Ayer Real y En Avenidas traen a los místicos seguidores un motivo para lucir su garganta a todo pulmón. El simbólico platillo volador de la banda tiene un lugar destacado en la batería de Tomás Baillie y probablemente se alimenta todas las giras de las lágrimas de algún fan explotado de emoción y ventura.
La noche da paso también a los temas de Cuentito, el último álbum de estudio de la banda. Santiago Martínez, cantante y tecladista, quiere presentarlos como se debe, pero como fueron surgiendo de forma tan espontánea, su exposición al fin es sólo protocolar. La gente ya se los sabe de memoria.
Hace 15 años que El Kuelgue trae su magia a Córdoba. El espectáculo es tan especial que no hay forma de ubicar todos los detalles. La performance de lxs artistas en escena trae la esencia del teatro a cada rincón musical del recital. Lxs músicxs lo aseguran: El que viene desde entonces a verlos, sabe con qué se va a encontrar. El que no, disfruta igual.
Los géneros que atraviesan en cada canción consiguen alcanzar una emoción y una acción propias de cada uno. Si es la chacarera de View Master, los aplausos van en tiempos de 6/8; si es el bossa nova de Bossa & People, el lento se nos apega en el pecho y nos ponemos románticos y si es la murga de Altos Vuelos, con un mimo de las voces melódicas, cantamos todxs al unísono. "Estamos celebrando volver" dice el cantante. Y qué felicidad es volver.
La zapada instrumental aparece entre un mar de luces frenéticas y ya no hay quien baile. El sample de Fanky de Charly García se cuela en los oídos y la voz de Julián hace lo suyo siguiendo ese ritmo tan particular.
Llegó este momento. ¿Cuál momento? Este. Este. - Julián Kartún
Cuando llega el momento de irse, la gente hace lo posible para retenerlos. Así se suceden Chiste, Por ahora, Dele Tiempo y Soda. "¡El que no baila es Majul!" grita el cantante, pero la fiesta ya no tiene tinte pesado. La política siempre infaltable y el humor contextual que ama ser lo que siente y percibe lo que tiene que ser querido. Tan el Kuelgue que nunca extraña porque es sin que lo digan.
Al final, Julián se saca el retorno para escuchar el agradecimiento general. La hilera de artistas hace su reverencia - luego de que bailaran en trencito por todo el escenario - y todxs cierran la noche afuera del espacio con el festejo de los 3 años del Mercadito Alberdi que tenía su joda ya en un punto álgido. La jornada es joven. La vida nos depara coyunturas de un verano sin ataduras.