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La Vela Puerca estalló Córdoba

  • Foto del escritor: Brenda Petrone Veliz
    Brenda Petrone Veliz
  • 5 dic 2021
  • 2 Min. de lectura

La banda uruguaya se presentó el pasado jueves 2 de diciembre en La Plaza de la Música con un público muy, pero muy manija.



Entraron por la puerta principal, esa que desembocaba a los pies del escenario del lado izquierdo... O del derecho si la referencia fuera lo que el Enano miraba de frente. Llegaron a cruzar miradas con muchos de los asistentes del público que no podían creer el tiempo que había pasado. Hoy La Vela volvía a brillar desde lo alto del podio y Córdoba se preparaba para vivirlo a lo grande.


Compraron una, dos, tres birras y se colocaron entre la gente que estaba sentada en el piso del campo. Sin música de fondo, las gargantas efervescentes no tardaron en empezar a cantar "Dale, dale La Vela, dale La Vela de mi corazón" bajo la base de Vuelan Palos, uno de los tantos clásicos que se mandaron los uruguayos en la noche del jueves.

Miraron el reloj digital de sus celulares y a 10 minutos de las 9 de la noche, el agite fluía entre las energías de los cuerpos en ebullición. Su manija era directamente proporcional a la fuerza que hacían para mantenerse juntos en el centro del futuro y cercano pogo.


Luego de que el equipo de iluminación jugara con sus emociones - apagaban y prendían las luces haciendo un ole ole tremendo - y casi media hora después, quedaron entre penumbras con un sonido de lluvia y truenos de fondo que generaron una catarata de gritos y silbidos.

Sebastián "Enano" Teysera - La Vela Puerca. Foto: Lucas Matías

Como si la tormenta se les cargara encima, desfazada del clima húmedo y caluroso del afuera, los músicos tomaron su posición en la escena y ni lerdos ni perezosos arrancaron con Va a Escampar. El Enano (Sebastián Teysera) había adelantado en Notify que el show iba a repasar todos sus más grandes éxitos como para reunirse con la gente y después planear fechas con nuevo material. Y la profecía así se cumplió.


Poguearon, poguearon y poguearon hasta no dar más. La danza se sucedió con Sobre la cien. Por su parte, Sebastián Cebreiro mandaba desde arriba a sus súbditos quienes hacían lo que él quería, pero con la total libertad que da la música que apasiona.

Sebastián Cebreiro - La Vela Puerca. Foto: Lucas Matías

"Pensábamos que el pogo era un animal en extinción" - El Enano

El Soldado de Plomo de Érase se alimentaba del vibrato del suelo producido por los pies elevados de la gente a 10 cm del piso. Una bandera de Uruguay ondeaba lejos de otra que recordaba los tiempos de un Cosquín Rock lleno de almas en sintonía. Con el destino, La madeja y Un frasco recordaron una banda muy joven, pero con la experiencia de 26 años sobre los escenarios.


Entre tema y tema no había casi interludio. El resto se mojaba con las bebidas que volaban por los aires. Ellos dejaban su alma a la sutileza de existir y se dejaban llevar por la manija de volver a nacer en un mundo incomprendido. La noche, recién en pañales, dejó a la vía dar rienda suelta a una locura que sólo se entendía con verlos a ellos tocar como si fuera la primera y última vez porque así parece ser sentir.




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